Los remakes de Disney Pictures continúan con ALICE THROUGH THE LOOKING GLASS, secuela de ALICE IN WONDERLAND, y aún no puedo creer que fui a ver este filme. A mí no me gustó cómo Tim Burton adaptó la película animada original, pero como las adaptaciones cinematográficas de Disney han sido un tema recurrente en este blog decidí que sería prudente ir a ver esta nueva producción. Digamos que fue una experiencia interesante, pero no tan enriquecedora como leer las obras de Lewis Carroll en las que se basaron estas películas.
Según el filme, han pasado tres años desde la última vez que Alicia Kingsleigh (Mia Wasikowska) visitó al País de las Maravillas (o como le dicen aquí, Submundo, quizás porque creen que suena más cool así. ¡Blegh!) y en ese tiempo ha recorrido el mundo como la capitana de La Maravilla, barco que heredó de su padre. Al regresar a Londres descubre que la empresa de su familia ahora es dirigida por su exprometido y ahora ella debe elegir entre mantener La Maravilla y continuar una vida de aventuras o ayudar a su madre y atenerse a las normas que la sociedad de esa época impone a las mujeres.
Aún así los problemas de Alicia solo empiezan, porque al cruzar un espejo mágico regresa al País de las Maravillas (disculpen, Submundo. ¡Blegh!) y se entera del deterioro de la salud del Sombrerero Loco (Johnny Depp). Mirana, la Reina Blanca (Anne Hathaway), le informa que la única forma de salvar a su gran amigo es utilizando la Cronosfera para viajar al pasado, pero Alice también tendrá que enfrentarse al Señor del Tiempo (Sacha Baron Cohen) y a su vieja enemiga, Iracebeth, la Reina Roja (Helena Bonham Carter).
¿Por dónde empezar? Bueno, como en esta ocasión Burton regresa solo como productor, la película está en manos de James Bobbin (director) y Linda Woolverton (guionista). Ellos tratan de mantener el mismo estilo de la primera parte y lo logran en el aspecto visual, porque los efectos y la fotografía están muy bien, la historia también contiene buenas ideas y algunos momentos interesantes, pero más nada. En otras palabras, aunque en ALICE THROUGH THE LOOKING GLASS todo es muy bonito, el guión está repleto de desaciertos y carece de ritmo.
Esto se nota en la manera tan mediocre en que la película presenta a su protagonista. Por ejemplo, los problemas que Alice encuentra al regresar a su hogar se sienten forzados, al igual que toda la motivación para que realice su viaje en el tiempo y cuando ella se roba la Cronosfera no solo pone en peligro la vida del Señor del Tiempo, toda la realidad puede ser destruida si ella comete un error.
Sí es interesante como tratan de enriquecer la relación entre reinas para que uno vea la interacción entre estas hermanas desde otro punto de vista, pero es un concepto que no terminan de aterrizar. Los demás personajes tampoco están muy bien desarrollados y a veces parecen caricaturas (y me refiero a los que son interpretados por actores de carne y hueso), porque las actuaciones de Wasikowska, Depp, Hathaway y Bonham Carter son copias baratas de lo que se vio en la primera parte. Lo único diferente es el Señor del Tiempo de Sacha Baron Cohen, pero no es nada sorprendente.
Sé que los eventos que presenta la película ocurren en el País de las Maravillas, una tierra fantástica llena de magia y donde lo imposible es posible, pero eso no es una excusa para que los creadores de este filme se preocuparan más por la apariencia de este mundo en vez de crear una historia con una trama coherente y personajes más desarrollados. En realidad ALICE THROUGH THE LOOKING GLASS se parece más a un episodio de un programa de TV que una película.
Eso sí, un punto a favor del filme es que no hubo una escena similar al desastroso baile del Futterwacken.
Si parece que soy muy severo con esta película es porque después de ver el trabajo tan excelente que Disney Pictures hizo con THE JUNGLE BOOK, no hay excusas que justifiquen que este remake no tenga el mismo nivel de calidad. De todas formas, ALICE THROUGH THE LOOKING GLASS está bien para verla en una sala de cine con la familia para disfrutar de sus efectos especiales, pero al igual que la primera parte, no contiene la magia de la película animada que adapta ni del libro que la inspiró.
Por cierto, si no han leído los libros de “Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas” y “A través del espejo y lo que Alicia encontró allí”, háganlo. No porque vaya a afectar su interpretación de estas películas, sino porque estas increíbles obras literarias de Lewis Carroll tienen mucho que ofrecer a cualquier lector, sin importar su edad o género.