Hasta ahora el 2017 ha traído varias sorpresas agradables en lo que concierne producciones dominicanas en las salas de cine y la más reciente es CARPINTEROS, el nuevo filme de José María Cabral que cuenta una historia de amor en uno de los ambientes más opresivos de nuestra sociedad.
Julián es un nuevo recluso en la prisión de Najayo, pero nunca se imaginó que en ese oscuro lugar encontraría el amor y una razón para vivir. A través del uso de un lenguaje de señas él inicia una relación amorosa con la prisionera Yanelly, pero ser descubiertos por los guardias no es el único que peligro que deben de enfrentar.
CARPINTEROS es la producción más reciente de Cabral, un joven cineasta que en menos de una década ya ha acumulado varios cortometrajes, documentales y los largometrajes EXCESOS (2008), JAQUE MATE (2012), ARROBÁ (2013), DESPERTAR (2014) y DETECTIVE WILLY (2015). En estos filmes vemos como Cabral experimenta con varios géneros, sin embargo la esencia del cine de Crítica Social y de Acción, además de referencias a otras obras cinematográficas, son características emblemáticas de su filmografía.
Las circunstancias relacionadas al rodaje de este filme son casi tan interesantes como la historia que cuenta, porque CARPINTEROS se filmó dentro de las cárceles de Najayo Hombres, Najayo Mujeres y La Victoria. No sólo eso, los reclusos de estas instituciones también tuvieron una participación activa en la realización de la película como actores secundarios y también fueron entrevistados por José María Cabral mientras desarrollaba el guion. Cabral y todo el equipo de producción también realizaron los ensayos dentro de las mismas prisiones para adaptarse a la realidad de los internos.
Gracias al naturaleza de su rodaje y a la forma en la que se filmó, uno de los grandes logros de CARPINTEROS es lo real que se siente, desde las condiciones en las que viven los reclusos hasta la impotencia de estos individuos ante las adversidades que enfrentan diariamente al tratar de sobrevivir en una prisión.
Visualmente la película es muy similar a un documental, esto es gracias a los encuadres, las tomas y los movimientos de la cámara, la cual en muchas ocasiones se mueve como si fuera otro de los habitantes de la cárcel de Najayo. A lo largo del filme, se notan muchas detalles que valen la pena resaltar como toda la secuencia que culmina con la primera vez que se presenta la cara de Julián (Jean Jean) y otra secuencia en la que este personaje se traslada por los pasillos de la prisión mientras los gestos de su cara delatan una contienda de emociones que es resaltada por el ritmo de tambores que conforman la música de fondo. El resultado es una escena que parece un tributo a grandes obras como WHIPLASH y BIRDMAN OR (THE UNEXPECTED VIRTUE OF IGNORANCE). Por otro lado, esta manera de filmar también limita la riqueza visual de CARPINTEROS y, quizás gracias a la situaciones que se presentaron durante la filmación, la calidad, la nitidez y la iluminación de las imágenes constantemente varían de un momento a otro durante todo el filme.
La edición, en general, también está muy bien realizada, especialmente en las escenas en que los personajes utilizan el lenguaje de señas, aunque en breves momentos se escapan algunos detalles, como la falta de fluidez cuando se corta de un momento a otro o imágenes que no aportan nada al desarrollo de la trama, pero como ya mencioné, esto exabruptos son rápidos y es posible que no llamen la atención al menos que uno en realidad los esté buscando (personalmente, me fijé en muchos de estos percances después de ver la película por segunda vez). En cuanto a las secuencias de acción, en su mayoría están bien logradas, pero hay una escena que, por la formar en que fue filmada y editada, hay un momento en que se siente forzada y poco creíble.
El universo sonoro de CARPINTEROS, desde la música de fondo hasta los efectos de sonido, se integra muy bien con su contraparte visual. Es decir que la música no distrae de lo que ocurre en pantalla, los sonidos se sienten reales y enriquecen la realidad de la película.
El guion de este filme es de la autoría de Cabral, quien lo basó en hechos reales y en las entrevistas que le hizo a los reclusos de estas instituciones. Este documento está muy bien trabajado y la película brilla en los dos primeros actos en cuanto a ritmo y estructura, pero el tercer acto es otra historia. Llega un momento en el que el filme se siente sobrecargado con un nuevo ambiente, nuevos personajes y conflictos adicionales que no son necesarios para el mundo que Cabral ha creado ni para la historia que cuenta.
En realidad, las mejores escenas de esta película están relacionadas al uso del lenguaje de señas que los hombres y mujeres (o “carpinteros” y “carpinteras”) ingresados en Najayo utilizan para comunicarse y entablar relaciones sentimentales. Cabral consigue que, a través de los ojos del personaje principal, el espectador se sumerja en la cultura relacionada a este idioma y el universo en el que florece. Además, es increíble la naturalidad con la que los actores se comunican con este extraño idioma, especialmente en los casos de Jean Jean como Julián y Judith Rodríguez como Yanelly. El arco dramático concerniente a la relación entre ellos está bien desarrollado (aunque con algunos deslices), pero sus puntos más altos pertenecen a los momentos en los que se hablan a través de señas, es aquí donde también sobresale la química entre los personajes.
En su mayoría los diálogos son muy orgánicos y reales, aunque en algunas ocasiones se siente que el personaje en la pantalla solo están recitando frases que se memorizó (y esto no tiene que ver con que sea un actor profesional o una persona que nunca antes han actuado). Ya que estamos en ese tema, hay que mencionar que en general el trabajo del elenco está bien, pero el que sobresale es Jean Jean, su interpretación de las experiencias y emociones que vive el personaje de Julián es excepcional.
CARPINTEROS es la primera producción dominicana en participar en la sección internacional “World Cinema Dramatic Competition” del Sundance Film Festival 2017, uno de los más prestigiosos eventos de la industria cinematográfica. Desde entonces también ha participado en alrededor de 10 festivales internacionales de cine, incluyendo el Festival Internacional de Cine en Guadalajara, donde fue reconocida con tres galardones, el Premio Especial del Jurado, el de Mejor Actor (Jean Jean) y el Premio Feisal. Además, este filme fue presentado en el Havana Film Festival De Nueva York, donde José María Cabral ganó el Premio a Mejor Director y en el Cine Latino Festival de Toulouse, en Francia, donde este filme ganó el Premio CCAS.
Dejando a un lado algunas las observaciones anteriores, CARPINTEROS no solo es una interesante adición a la filmografía de José María Cabral, es una película que puede proveer al espectador una buena experiencia en el cine y le brinda una ventana a una sombría realidad.