No creí que fuera posible, pero lo logré, pude ver toda la segunda temporada de Daredevil durante el fin de semana que se estrenó y ha valido la pena. Estaba preocupado de que no mantuviera el mismo nivel de calidad de la temporada anterior, pero los creadores de este showhan demostrado como un programa no solo puede superar lo que vino antes, sino hacerlo de una manera entretenida, coherente y que deja la puerta abierta para mucho más en el futuro.
La serie cuenta la historia de Matt Murdock, un abogado de Hell’s Kitchen que, cuando era niño, quedó ciego en un accidente que aumentó sus sentidos restantes a niveles sobrehumanos y ahora todas las noches utiliza sus habilidades para luchar contra el crimen como Daredevil.
En la primera temporada vimos el origen de Murdock, la evolución de Daredevil como héroe y la naturaleza de su relación con los demás personajes del show. Esta temporada se enfocó más en cómo el héroe poco a poco descubriendo la identidad de Wilson Fisk (Vicent D’Onofrio), alias el Kingpin, el poderoso villano que manipulaba las fuerzas del crimen en Hell’s Kitchen y su eventual confrontación con él. Es decir, que se trata de una sola historia contada a través de 13 episodios y, aunque algunos de ellos se sintieron como capítulos de relleno, cada uno contó con buenas actuaciones, estremecedoras escenas de acción y sirvieron para avanzar la trama de una manera más que satisfactoria
El show hizo esto a la vez que creaba una nueva y oscura esquina del Universo Cinematográfico de Marvel, un espacio donde se pueden contar historias más oscuras y complejas que las películas, el lado más comercial de esta franquicia, apenas pueden rozar.
Ahora, en esta segunda temporada, los creadores del show aprendieron de sus experiencias y trataron cosas nuevas. En vez de tratar un tema principal, como el caso de la saga de Fisk, se puede decir que esta temporada está dividida en varias historias consecutivas en las que Daredevil se enfrenta a distintas amenazas, esto ayuda a mantener un ritmo más fluido y lleno de acción, también evita que cualquier episodio se sienta que está de más. Gracias a este cambio de formato la serie va más allá de sus influencias del Cine Negro, acción y artes marciales, para abarcar elementos de otros géneros, como el drama judicial, policíaco y periodístico.
Entre los nuevos desafíos de Murdock, está Frank Castle, alias el Punisher (Jon Bernthal), un ex militar quien, después de que su familia fue asesinada por unos mafiosos, decide luchar contra al crimen a toda costa, esto incluye matar a sus contrincantes. Aquí Punisher funciona como un reflejo oscuro de Daredevil y esto ayuda a entablar una conversación (con la ayuda de sus puños, en la mayoría de los casos) sobre la efectividad de las tácticas de ambos y sobre la naturaleza de la justicia y la venganza. Bernthal hace un excelente trabajo dándole vida a la intensidad y el dolor de este personaje, especialmente si se toma en cuenta que ya se han intentado adaptar al Punisher en tres ocasiones anteriores y ninguna funcionó.
El Punisher de Dolph Lundgren no tenía mucha personalidad y estaba atascado en una película de acción ochentera sin mucha trascendencia; Thomas Jane hizo un trabajo aceptable, rodeado por gran elenco, en una película que gastó tantos esfuerzos en emular a los cómics que no se concentró en contar una buena historia; y por último está Ray Stevenson quien, a pesar de ser un buen actor y físicamente perfecto para el papel, tuvo la mala suerte de participar en una producción que se esforzó tanto en ser violenta y oscura que el producto final parecía más una parodia de las peores entregas de la saga de Viernes 13. El Punisher de Bernthal es crudo, violento, efectivo y, lo más importante, creíble.
Aquí también vemos el estreno de Elektra Natchios (Elodie Yung) en el Universo Cinematográfico de Marvel. A diferencia de esa atrocidad protagonizada por Jennifer Gardner, esta Elektra es una mujer compleja, de gustos finos, misteriosa, sutil y completamente letal. Gracias a la forma en que la carismática Yung interpreta al personaje, es muy entretenido ver la gracia con la que ella intenta manipular a Daredevil a la vez que deja bien claro que ella está a la misma altura de él físicamente. Asimismo, Elektra representa el lado oscuro y salvaje que Matt solo puede dejar que salga a la superficie como Daredevil. Por eso, la interacción entre los dos también sirve para resaltar el conflicto entre las responsabilidades de la vida ordinaria del abogado Matt Murdock y su deber como guardián de Hell’s Kitchen. Por cierto, Yung también hizo el papel de Jinx en G.I. Joe: Retaliation.
En el caso de Punisher y Elektra, al igual que el resto de la serie, hay algunos cambios en comparación con los cómics de donde surgieron, pero a pesar de esto, el show en ningún momento pierde de vista lo más importante: la esencia del material original.
Eso sí, también hay que celebrar los talentos que regresan en la segunda temporada de Daredevil. Charlie Cox sigue impresionando con su interpretación del héroe enmascarado y va más allá de su actuación anterior. Aquí vemos como Cox encarna la tormenta emocional que sufre Matt al lidiar con las consecuencias de vivir una doble vida, además de los drásticos cambios que sufren sus relaciones con sus seres más cercanos. La actuación de Cox también abarca sutilezas como el lenguaje físico de un Murdock que se esfuerza por hacer creer al resto del mundo que es ciego e inofensivo, o los cambios en su estilo de pelea dependiendo de su estado de ánimo.
Tanto Deborah Ann Woll como Elden Henson regresan en sus papeles de Karen Pages y Foggy Nelson, respectivamente, y le hacen justicia a las complejidades de estos personajes y la manera en que tienen que hacer frente a la realidad de vivir en un mundo en el que misteriosos héroes están en guerra con el crimen organizado. El resto del elenco está muy bien, especialmente los artistas invitados que salen en algunos episodios, pero no diré más sobre eso para no arruinarle estas sorpresas a aquellos que no han terminado la serie.
Este programa también ha mantenido el alto nivel de calidad de todos sus aspectos técnicos, incluyendo la fotografía, la edición y la coreografía de sus escenas de acción. En esta última parte quizás se descuidaron un poco con una pelea en la que un puño no logra conectar con una cara, y otra escena en la que se nota la peluca de un doble, pero no es nada alarmante y sigo creyendo que es muy impresionante la forma en que han utilizado las confrontaciones físicas entre los personajes como otro elemento que ayuda a contar la historia.
Lo que más me ha gustado de Daredevil es que todo lo que hace, desde los cambios en la estructura de esta temporada, las referencias que hace sobre el show de Jessica Jones y hasta dejar pistas de futuros misterios, se logra de una manera orgánica, que tiene sentido dentro de la trama, ayuda a avanzar la historia, es a favor del crecimiento de los personajes y le da más vida al mundo que han creado.
Una vez más las series de Marvel en Netflix han demostrado la manera correcta de interpretar el mundo de los cómics en el medio de la televisión. La próxima entrega de esta saga será en septiembre con el estreno de Luke Cage, y tomando en cuenta todo lo que he visto hasta ahora, tengo un buen presentimiento de que esta también será una gran serie.