Como fan de películas basadas en cómics (y de los cómics en sí) estaba muy ansioso por ver DOCTOR STRANGE, uno de los últimos estrenos de este género en el 2016. Aunque normalmente trato de ver un filme sin ningún tipo de expectativa, al tomar en cuenta la calidad del elenco que participó en esta producción y como tengo mucha confianza en Marvel Studios, estaba convencido de que por lo menos iba a disfrutar de una película entretenida. Bueno, ya la vi y definitivamente fue entretenida, muy entretenida. Nunca me habría imaginado que una película sobre el hechicero supremo iba a ser tan divertida.
Basada en el personaje de Marvel Comics, creado por Stan Lee y Steve Ditko en el año 1963, esta película cuenta la historia del doctor Stephen Strange, un reputado neurocirujano de Nueva York que después de que un accidente termina con su carrera, él descubre un mundo oculto de dimensiones mágicas y empieza a entrenar para defender esta realidad de fuerzas oscuras e invisibles.
Dirigida por Scott Derrickson y con un guión escrito por el mismo Derrickson junto a Jon Spaihts y C. Robert Cargill, DOCTOR STRANGE no solo demuestra como el hechicero supremo es diferente a los demás superhéroes, también enriquece el Universo Cinematográfico de Marvel con nuevas posibilidades para contar historias. El guión en sí, aunque simple, introduce los conceptos como la magia y el Multiverso, el peligro de Kaecilius y sus seguidores, una increíble cantidad de easter eggs y personajes secundarios relacionados a otros héroes de Marvel, además de otros elementos sin dejar de ser una película divertida y emocionante.
Si esta película tiene un detalle que quizás se pueda considerar negativo es que, además de que vuelve a repetir la fórmula de las películas de Marvel, su trama también es demasiado similar al primer filme de Iron Man: un hombre rico, inteligente y muy egoísta sufre un catastrófico evento que cambia su vida y decide utilizar sus habilidades para el bien del mundo (en realidad, esa sinopsis puede describir una gran cantidad de películas de superhéroes). Aún así, fuera de algunas similitudes superficiales, Tony Stark y Stephen Strange son personajes muy distintos y este filme resalta estas diferencias gracias a un buen guión y a la actuación de Benedict Cumberbatch.
Cumberbatch es increíble como Doctor Strange. Él “vende” cada momento de dolor, desesperación, furia, serenidad y otros con los más sutiles gestos, lo que permite que el espectador crea en las emociones y los cambios que vive Strange. Esta película también cuenta con un gran elenco que incluye a Chiwetel Ejiofor, Tilda Swinton, Mads Mikkelsen, Benedict Wong y Rachel McAdams y todos hacen un gran trabajo, desde las escenas más íntimas hasta las secuencias de acción. Sí creo que debieron de darle más tiempo al personaje de McAdams y que se le pudo sacar más provecho a un actor del calibre de Mikkelsen en el papel de villano. Aún así, me gustó como fueron dando pistas de lo que podemos esperar del Mordo interpretado por Chiwetel Ejiofor en las próximas entregas de DOCTOR STRANGE.
El aspecto técnico de esta película también es impresionante y tanto la fotografía como los efectos visuales y hasta el sonido son elementos importantes para el desarrollo de la historia. Las secuencias de acción, que incluyeron peleas que mezclaban coreografías de artes marciales con hechizos y artefactos mágicos, fueron increíbles y prácticas. En estas escenas se siente que mezclan elementos de Harry Potter con Avatar: The Last Airbender y son impactantes visualmente.
Un detalle que siempre evitó que me entusiasmara mucho con los cómics de Doctor Strange es que siempre pensé que sus poderes no estaban bien definidos y que no tenían límites, pero en esta película la magia tiene suficientes reglas y límites para ser creíble dentro del contexto del universo de Marvel sin perder su esencia fantástica.
Aunque DOCTOR STRANGE sigue muchas pautas de la típica película que cuenta el origen de un superhéroe y es un poco predecible, sigue siendo un filme muy creativo y entretenido que vale la pena ver para pasar un gran rato en una sala de cine. Es más, creo la voy a ir a ver otra vez. Por cierto, este filme incluye dos escenas adicionales. Una sale a mitad de los créditos y la otra al final.