Acabo de llegar a mi casa después de ver LA LEYENDA DE TARZÁN, la nueva versión cinematográfica del rey de la selva y digamos que aún estoy digiriendo la experiencia. No digo eso porque pienso que la película es un desastre, en realidad tengo mucha paciencia con producciones comerciales creadas con la intensión de arrasar en la taquilla. Para mí lo más importante en estos casos es que el filme me pueda entretener y eso apenas ocurre aquí porque este es un Tarzán que le hace falta más pasión y energía.
Cuando inicia el filme han pasado años desde que Tarzán/John Clayton III (Alexander Skarsgård) dejó las selvas de África para vivir en Londres como el Lord Greystoke con su esposa Jane Porter (Margot Robbie). Ahora Tarzán ha sido invitado a visitar su antiguo hogar en la selva como un nuevo emisario de la Corona inglesa, pero se verá envuelto en un juego de avaricia, poder y venganza del capitán belga León Rom (Christoph Waltz).
Originalmente el legendario hombre mono fue creado por el escritor Edgar Rice Burroughs y es un personaje que ha sido adaptado una gran cantidad de veces para distintos medios. Solo en el cine contamos con más de veinte actores que han interpretado el papel de John Clayton. Por cierto, para aquellos que solo conocen la versión de Disney, sí, el villano de ese filme también se llama William Clayton. ¿Por qué los creadores de esa producción le pusieron el mismo apellido del protagonista? Porque en la historia original de Burroughs William Clayton es primo y rival de John Clayton. El motivo por el que menciono todo esto es porque visualmente este filme me recordó mucho a la creación de Disney, pero por desgracia las similitudes terminan ahí porque esta versión es inferior.
El guión en sí no es muy complicado, es la típica historia de un filme de acción comercial, pero el problema es que, debido a la forma en que la hicieron, esta película no tiene personalidad y por eso no atrapa la imaginación del espectador. En serio, aquí no hay sorpresas y si los personajes, la acción y los efectos no distraen al espectador lo suficiente, este podrá adivinar todos los detalles de la trama antes de que ocurran. También hay que resaltar las escenas de acción, son muy entretenidas y cuentan con buenos efectos especiales. No están al mismo nivel de THE JUNGLE BOOK, pero los animales se ven reales, especialmente los simios.
En cuanto al desarrollo de los personajes, bueno, digamos que tampoco es la gran cosa y se puede decir lo mismo de las actuaciones. Samuel L. Jackson y Djimon Hounsou hacen un buen trabajo en papeles secundarios, pero nada extraordinario. Asimismo, Margot Robbie tampoco lo hace mal pero no impresiona, mientras que Christoph Waltz apenas se siente como el villano, lo más interesante de su Capitán Rom es que su nombre suena como una bebida alcohólica. Aún así, el peor del grupo es Alexander Skarsgård y no es porque sea un mal actor. Sí, físicamente es perfecto para el papel, pero difícilmente se sienten las emociones que trata de emitir. Creo que su expresión apenas cambia durante toda la película y cuando hablamos de Tarzán, un hombre criado por simios, que pasó casi todo su vida en la jungla enfrentándose a otros animales con sus propias manos para sobrevivir, cuando un individuo así se enfurece debe de ser algo épico, pero aquí es algo patético. Los simios digitales expresan más emociones que Skarsgård.
En fin, si quiere ver un filme de acción genérica para pasar un buen rato en una sala de cine con cocalecas en una mano y un refresco frío en otra, LA LEYENDA DE TARZÁN es su película. Si prefiere ver una mejor interpretación del rey de la selva, creo que la versión de Disney es fácil de conseguir.