FOOTLOOSE es una de esas películas que tuvieron un gran impacto en mi infancia y que no importa cuántas veces la vea, siempre cae bien (como si se tratara de la un viejo amigo que pasa a saludar). Por eso, cuando me enteré que se había hecho un remake mi primera reacción fue gritar “¡BLASFEMIA!” y jurar nunca ver esa atrocidad. Bueno, con el paso de los años he tenido tiempo para reflexionar y decidí darle una oportunidad a la nueva versión del clásico filme, aunque ya no es tan nueva porque se estrenó en el 2011. Si se preguntan cuál fue mi reacción después de ver dicha “obra”, la respuesta es simple: ¡BLASFEMIA!
Aquí tenemos (otra vez) la historia de Ren MacCormack (Kenny Wormald), un joven que ha vivido toda su vida en la ciudad de Boston, pero después de la muerte de su madre se ve obligado a mudarse con la familia de su tío en Bomont, un pequeño pueblo del sur de los Estados Unidos. Una vez ahí, se entera que en esa comunidad se ha prohibido la música rock y el baile después de un trágico accidente en el que cinco jóvenes perdieron la vida. Ren se vale de su amor por el baile y su pesado acento bostoniano para inspirar a los demás adolescentes del pueblo a rebelarse ante esta situación, pero todo se complica cuando se enamora de Ariel (Julianne Hough), la hija del reverendo que es su mayor opositor.
Este filme es dirigido por Craig Brewer, director y guionista con una ecléctica colección de producciones en su filmografía, la cual incluye HUSTLE & FLOW, BLACK SNAKE MOAN, DOLEMITE IS MY NAME y COMING 2 AMERICA. Así es, este señor va a dirigir la secuela de otro clásico de los 80, COMING TO AMERICA, pero como es el 2020 y ya nada tiene sentido, este dato quizás ya no sea tan impactante. Por cierto, FOOTLOOSE fue la primera película de gran presupuesto que Brewer tuvo la oportunidad de dirigir. Por otro lado, el guion de este remake fue escrito por Brewer y Dean Pitchford, quien fue el guionista de la película original. También hay que mencionar que, a pesar de que Brewer rechazó dirigir esta película dos veces antes de aceptar, la primera FOOTLOOSE fue la película que lo inspiró a ser un cineasta. Es posible que todo lo mencionado anteriormente explica el por qué de muchos de los problemas de esta producción.
Visualmente esta película está bien hecha en el sentido de que es una película que existe y se entiende lo que ocurre en la pantalla, pero no tiene una identidad visual que haga que sobresalga. Esto se puede decir del resto de los aspectos técnicos de esta producción. Todo está bien hecho y ya. Lo que sí hay que mencionar es la coreografía de las escenas de baile, uno de los principales puntos de un filme como FOOTLOOSE y aquí volvemos a los mismo. Las coreografías no están mal hechas pero tampoco son excepcionales ni son divertidas ni se sienten orgánicas. En otras palabras, si los bailes de FOOTLOOSE no atrapan la atención del espectador, aquí tenemos serios problemas. Estos es una pena porque a diferencia de la original, los actores principales (Kenny Wormald y Julianne Hough) también son bailarines profesionales, pero eso no se aprovecha al máximo en esta producción.
Obviamente, la trama en sí es similar a la versión original, pero ha sido adaptada para complacer los gustos modernos del público del 2011. En otra s palabras, es un refrito de la otra pero con algunos detalles alterados para ser más “cool”. Es como si el director llevaba una copia de la película original todos los días a la filmación para comparar cada escena y solo se alteraban alguno pequeños detalles para que no sea completamente igual. Por ejemplo, hay escenas que en la original son breves pero aquí se le dedica más tiempo de lo necesario; también hay escenas que en la otra versión se le dedicó más tiempo pero aquí o son eliminadas o no se le dedica el tiempo suficiente. Además, es increíble como en la película a veces nos dan más detalles sobre los adultos “malos” que se oponen al baile y aún así se sienten más superficiales que en la versión original. En realidad, esta es una observación que se aplica a todos los personajes de este filme.
Asimismo, en general las actuaciones van entre aceptables y malas, pero en la mayoría de los casos se nota que tienen el mismo problema y es que se siente que los actores no están tratando de interpretar personas reales sino el ideal de lo que se supone que son estos personajes, por eso sus interpretaciones se notan más forzadas y superficiales. Ren aquí tiene una actitud más rebelde (y más insoportable); el personaje de Willard parece que es familia de uno de los tres chiflados; Chuck ya no es un patán sino un villano; más que una chica rebelde tratando de llamar la atención de su padre Ariel parece una muñeca BRATZ que trata de llamar la atención de su padre y el reverendo Moore parece un bobo que no puede sostener un debate por más de dos minutos. El único personaje que ha sido beneficiado por estos cambios es Wes Warnicker (Ray McKinnon), el tío de Ren, ya que aquí su personaje está más desarrollado (pero no tanto).
En FOOTLOOSE 2011 tenemos un remake que trata de reflejar lo que hizo a la original una película tan especial pero con un giro más “moderno” y por eso es que falla (en realidad falla por muchos motivos, pero este es el principal). Al concentrarse más en tratar de complacer a los fans de la película original mientras trataban de simular las tendencias del momento en vez de concentrarse en contar una buena historia lo que obtuvieron fue una película que se siente muy superficial, forzada e innecesaria.
Cuando se hace un remake o adaptación de un material, los cambios son inevitables y hasta bienvenidos cuando se mantiene la esencia de la historia original, pero lo importante es crear una experiencia nueva, no una repetición de lo que ya se hizo porque en ese caso una persona solo tiene que ver la película original otra vez en vez de perder su tiempo viendo lo mismo pero versión light.
Todo esto explica una escena de AVENGERS: INFINITY WAR. Cuando Star-Lord pregunta si FOOTLOOSE sigue siendo la mejor película de todos los tiempos y Spider-Man responder que nunca lo fue, parece que uno de ellos se refería a la original y el otro al desastroso remake del 2011. En otras palabras, en vez de perder su tiempo con esta versión, mejor vea la original.