Jack “King” Kirby es una leyenda de la industria de los cómics cuya influencia ha alcanzado otras ramas artísticas como el cine y la televisión. No está demás decir que, de alguna forma u otra, gran parte del mundo del entretenimiento actual le debe algo a la creatividad del rey de los cómics.
Aunque debo de admitir que mi primer contacto con las obras de este genio de las historietas no fue a través de alguna interacción accidental con un cómic mal puesto por algún amigo o familiar, sino por otro medio, aunque no lo supe hasta ya después de “viejo” (aunque ese es un término relativo). Es casi imposible calcular las horas perdidas, o mejor dicho, invertidas ante la televisión disfrutando de series animadas producidas por el estudio de Hanna-Barbera, pero lo que no sabía es que algunas de esas series fueron diseñadas por el mismo Kirby como “Turbo Teen” y “Thundarr the Barbarian” o que por lo menos eran adaptaciones de sus cómics como “The Fantastic Four” y “The New Fantastic Four” (la versión de mala clase en la que el robot H.E.R.B.I.E. reemplazó a la Antorcha Humana). También hay casos especiales como la serie de Roca La Mole y la transformación del joven Benjy Grimm al gritar la famosa frase de “¡Anillos! ¡De roca la mole quiero ser!”.
No fue hasta después de un tiempo coleccionando y leyendo cómics que empecé a conocer la verdadera obra de Kirby y cómo, junto a Stan “The Man” Lee, a principios de la década de los años 60 crearon diversos personajes icónicos para Marvel Comics, comenzando con The Fantastic Four, serie donde estrenaron personajes como The Inhumans, Silver Surfer, Galactus, los Skrull, y que sirvió de plano para los conceptos que conformarían el resto del universo de Marvel. Entre los personajes creados por King y Lee están Hulk, Thor, Iron Man, Black Panther, el equipo original de X-Men y un sinnúmero de individuos más. Por cierto, Kirby creo junto a Joe Simon el personaje de Capitán América en 1940.
Hay que destacar que, a pesar que el público en general recuerda más a Stan Lee, el método que utilizaban para crear cómics dejaba la mayor parte del trabajo creativo a Kirby. Como en aquel entonces Lee laboraba como editor y guionista de casi todos los cómics de Marvel no tenía tiempo para sentarse a escribir los guiones de todas las series que publicaban. La solución de ese dilema fue simple: Lee creaba un concepto y lo resumía con un párrafo en una hoja que luego le pasaba a Kirby. En base a esa diminuta cantidad de información Kirby dibujaba todo un cómic, incluyendo las secuencias de acción, el diseño de los personajes y el desarrollo de la trama. Lee luego le agregaba los diálogos, hacia las correcciones necesarias para asegurar un flujo coherente de la historia y cuidaba la continuidad de toda la línea. Hay que resaltar que, aunque Kirby hacia gran parte del trabajo, no se deben de subestimar los aportes de Lee.
De todas formas la magia de Kirby no se limitó a Marvel porque él también le aportó a DC Comics algunas de las creaciones más emblemáticas del medio en la primera mitad década de los años 70 y se trata del Cuarto Mundo y los Nuevos Dioses, línea que incluyó a personajes como Darkseid, Mister Miracle, Orion y el concepto de la Fuente. Durante esta etapa de su carrera también creó cómics como Kamandi, OMAC, Kobra y Demon, además de nuevas versiones de personajes como Manhunter y Sandman. Antes de terminar la década Kirby regresó a Marvel donde continuó creando personajes como The Eternals y The Celestials.
En realidad pudiera escribir interminables párrafos sobre la interminable variedad de sus obras o sobre detalles de su vida personal, como el hecho de que Kirby fue un veterano de la Segunda Guerra Mundial, pero prefiero hablar sobre cómo Kirby se destacaba como un contador historias. Los relatos creados por Rey estaban dotados de un ritmo acelerado y cada página estaba repleta de nuevas ideas y personajes memorables, pero lo más importante es su arte. En este aspecto es que realmente se puede apreciar el talento de Kirby como artista ya que constantemente llenaba sus viñetas con imágenes dinámicas e impactantes secuencias de acción, y cuando era necesario también mezcló estilos artísticos y hasta rompió reglas del medio. Asimismo, también es interesante hacer un contraste entre las historias que Kirby creó por sí solo con los que creó junto a Stan Lee. Ambos métodos funcionan, pero es muy divertido compararlos.
De todas formas, la influencia de Jack Kirby en el mundo de los cómics y la industria del entretenimiento en general es innegable y si están interesados en rendirle tributo, les recomiendo volver a leer sus cómics o mejor aún, compártanlos con aquellos que nunca los han leído, porque la magia de Kirby debe der ser compartida. ¡Que viva el Rey!