Casi un década después de su última aventura, Jason Bourne está de regreso en las salas de cine con su más reciente filme, JASON BOURNE. Esta película fue una sorpresa para muchos ya que Matt Damon había comentado anteriormente que no volvería a interpretar el personaje al menos que Paul Greengrass también regresara como director y si encontraban una motivo creíble para que el súper espía vuelva, ya que en la última entrega de la franquicia había recordado su verdadera identidad. Ahora tanto Damon como Greengrass no solo han regresado, también han encontrado una solución al dilema de “¿qué obligaría a Bourne salir de su retiro?”. Digamos que aquí Damon y Greengrass se apegaron a la filosofía de “si no está roto no lo arregles”.
A pesar de haber descubierto su verdadera identidad Jason Bourne aún no lo sabe todo. Ahora el ex agente más peligroso de la CIA se ve obligado a salir de entre las sombras en la víspera del lanzamiento de un nuevo programa secreto para enfrentarse a nuevos enemigos y descubrir verdades ocultas sobre su pasado.
A pesar de que la franquicia de Bourne tuvo un desvío en el 2012 con THE BOURNE LEGACY, protagonizado por otro agente secreto Aaron Cross (Jeremy Renner), en este filme vemos el regreso del espía olvidadizo. Es posible que se sigan produciendo películas de ambos personajes y aunque sus aventuras ocurran en el mismo mundo aún no se sabe si algún día se realizará un filme en el que ambos trabajen juntos.
Uff, ¿por dónde empezar? Más que una película, esta producción se siente como un tributo a los grandes éxitos de Bourne. Digo esto porque a pesar de que esta producción no tiene mucho que ofrecer a la franquicia, si vemos un regreso de aquellos elementos que a todos nos encantó de los primeras tres entregas de la saga de Bourne. ¿Persecuciones espectaculares? Sí. ¿Peleas con una impresionante coreografía que apenas se entiende gracias a la edición? Por supuesto. ¿Bourne realizando reuniones en lugares públicos aunque sabe que el punto de encuentro estará repleto de agentes enemigos? Claro. Pudiera continuar, pero ustedes ya tienen una idea de lo que me refiero. Aún así, en esta historia sí se agregan algunos detalles nuevos que pueden servir de punto de partida para otra secuela sí deciden producirla.
Asimismo, el motivo que obliga a Bourne a regresar a la acción se siente forzado, especialmente porque en las primeras tres películas hicieron un buen trabajo para darle una excelente resolución a la trama relacionada a su pasado. Aquí tratan de jugar con eso y el concepto de que “solo por que recuerdas todo no quiere decir que lo sabes todo”, y aunque al principio esto es muy interesante le agregan un giro innecesario que le resta credibilidad.
La película en sí no es mala, está muy bien hecha y no ha bajado en calidad si se compara con las demás. Además, las escenas de acción son muy entretenidas y Matt Damon logra otra gran interpretación como Bourne. Alicia Vikander también hace un buen papel como la agente de CIA Heather Lee y el resto del elenco no está mal, aunque Tommy Lee Jones no trae nada interesante al papel de Robert Dewey, el director de la CIA.
A pesar de que en general no vemos nada nuevo, JASON BOURNE sigue siendo una buena película de acción que será del agrado del público en general, especialmente para aquellos que no han visto o no recuerdan las tres primeras películas.