Sí, había escuchado anteriormente de Maus gracias a comentarios en artículos de revistas y su presencia constante en listas de las 10 mejores novelas gráficas, pero el hecho de encontrar esta obra en una de las tiendas del Museo Estadounidense Conmemorativo del Holocausto (USHMM) en Washington D.C. solo resaltó la importancia de este relato sobre ratones, gatos y sobrevivientes de atrocidades inimaginables.
Maus originalmente fue publicada como un cómic alternativo entre 1980 y 1991 antes de ser publicado como una novela gráfica en dos volúmenes (“Mi padre sangra historia” e “Y allí empezaron mis problemas”) y más adelante en un solo volumen.
Desde entonces esta obra se convirtió en la primera novela gráfica en ganar un premio Pulitzer, un premio literario de ficción de Los Angeles Times, los premio Eisner y Harvey a la mejor novela gráfica reeditada, además de otros reconocimientos.
Creado por Art Spiegelman, Maus está basado en las experiencias de sus padres (Vladek y Anja Spiegelman) como judíos polacos durante la Segunda Guerra Mundial. La historia también trata sobre la complicada relación entre Art y Vladek y cómo la vida del joven Spiegelman fue afectada por el suicidio de su madre.
Estos y más temas son elaborados a la perfección a través del arte del Spiegelman. Sus ilustraciones recorren momentos importantes en la historia de su familia, desde cómo se conocieron sus padres, las consecuencias de la invasión de los nazi, sobreviviendo en los guetos judíos y luego en el campo de concentración de Auschwitz, hasta su vida en Estados Unidos.
A pesar de que la historia se cuenta con un estilo de dibujo minimalista en ningún momento es para el detrimento de la complejidad de los temas que el autor trata. Asimismo, la decisión de utilizar técnicas postmodernistas, como la reinterpretación de las razas humanas como animales (los judíos son ratones, lo alemanes son gatos, los estadounidenses son perros, etc.).
No importa que se traten de dibujos en blanco y negro, transmiten a la perfección las emociones que viven los personajes, ya sea ante una tragedia, un nuevo peligro o lo difícil que puede ser una conversación entre un padre y su hijo. Es una increíble experiencia para el lector que lee esta novela gráfica por primera vez y que solo se enriquece con cada lectura adicional.
Con Maus, Art Spiegelman no solo demostró la efectividad del cómic como un medio que puede servir como crónica social o compartir historias basadas en testimonios, pero el poder de esta obra va más allá. Al compartir las tragedias que vivió su familia, Spiegelman no solo abre una ventana a la realidad que muchas personas vivieron durante el Holocausto, también ha convertido esta novela gráfica en un oscuro reflejo del comportamiento humano.