La compañía Disney tiene décadas creando contenido como películas de acción real, películas animadas, series de televisión y demás contenido que usualmente ha sido creado para entretener a toda la familia, pero de vez en cuando, quizás por coincidencia o algún accidente cósmico, también producen un material que puede ser más ocuro, adulto o raro que sus demás creaciones. Un buen ejemplo de estos es MIDNIGHT MADNESS. Esta película escrita y dirigida por Michael Nankin y David Wechter y protagonizada por David Naughton, Debra Clinger, David Damas, Michael J. Fox y Stephen Furst, que trata de disimular que es una producción de Disney para parecerse más una típica comedia de la década de los 80 creada para un público adolescentes. El resultado no es perfecto, en realidad es extraño, pero es muy interesante.
Todo inicia cuando Leon (Alan Solomon), un excéntrico estudiante universitario, convoca a cinco de sus compañeros para una extraña reunión. En ese encuentro Leon invita a Adam (David Naughton), Harold (Stephen Furst), Donna (Maggie Roswell), Wesley (Eddie Deezen) y Lavitas (Brad Wilkin), a participar en el «The Great Allnighter», una maratónica carrera en la que cada uno de ellos deberá de liderar un equipo para recurrir toda la ciudad buscando pistas y compitiendo en distintos retos hasta llegar a la meta final.
Por cierto, a cada grupo se le designa un color y una personalidad y así tenemos el equipo blanco (los nerds liderados por Wesley y que odian el verde), el equipo rojo (la hermandad de feministas lideradas por Donna y que odian el verde), el equipo verde (los abusivos atketas liderados por Lavitas y que odian el rojo), el equipo amarrillo (un grupo de chicos responsables liderados por Adam) y el equipo azul (un equipo de tramposos liderados Harold y que odian al equipo amarrillo). En otras palabras, es como si alguien hizo una película de acción real de las olimpiadas de la risa del oso Yogi.
La última vez que vi esta película fue hace décadas… De todas formas, el tener la oportunidad de volver a verla ha sido una experiencia muy extraña porque superficialmente se parece que es una típica comedia de la época con humor crudo y circunstancias adultas, pero ese no es el caso de MIDNIGHT MADNESS. Sí, algunas situaciones, actitudes y personajes no han envejecido muy bien, aunque esto es un reflejo de las idiosincrasias de la época en la que se filmó la película. Aun así, en general, no es algo muy escandaloso. Gran parte del humor aún funciona, muchos de los actores son muy graciosos y aunque no se nota una gran inversión en la filmación, sí se hizo un buen trabajo con el diseño de producción, las pistas y los desafíos del juego. Otro aspecto en el que la película también tiene sus desaciertos es en los pocos momentos que se supone que deben tener un peso dramático, pero son tan simples, exageradas e inconsecuentes que hasta se pueden considerar otro chiste.
El elenco completo hace un buen trabajo interpretando personajes entretenidos y graciosos, incluyendo los actores que les tocó los aspectos más desagradables, y eso está bien, porque si el espectador no está entretenido y se detiene por par de segundos a analizar qué fue exactamente lo que los motivó a participar en la carrera va a tener una crisis existencial…
En otras palabras, el guion no es una obra de arte y se nota en algunos detalles como el desarrollo de los personajes y parte de los diálogos, pero no fallo muy grave y la historia tiene suficientes elementos que trabajan a su favor para mantener a todos entretenidos.
Por cierto, David Naughton y Michael J. Fox, quienes interpretan hermanos en este filme, también interpretaron dos icónicos hombres lobos en otras producciones. Naughton le dio vida a la peluda criatura de AMERICAN WEREWOLF IN LONDON en 1981…
Y Fox hizo lo mismo en TEEN WOLF en 1985 (aunque en este caso fue una comedia, no una película de terror).
Asimismo, esta película también cuenta con personajes secundarios interpretados por actores que en ese momento mejor conocidos por otros papeles. Un ejemplo de esto es Paul Reubens (el futuro Pee-wee Herman), quien solo aparece en pantalla por varios minutos.
A fin de cuentas, aunque MIDNIGHT MADNESS no es una típica producción de Disney y tiene más en común con otras comedias de su época (que están dirigidas a un público más adulto), sigue siendo un filme entretenido y verlo puede ser una experiencia interesante tanto para los que la ven por primera vez como para aquellos que quieran subirse en el tren de la nostalgia. Además, la competencia en sí es muy divertida.