Hay algunas películas que está atadas inexorablemente al año en la que se filmaron y pueden funcionar como un nostalgico recuerdo de las excentridades de otra época o puede servir como un incómodo ejemplo de la locura aceptada por la sociedad de antaño, pero también exiten filmes como THE LAST DRAGON demostrandole a los demás como mantener un balance entre ambos casos a la vez que se entretiene un público. Dirigida por Michael Schultz, escrita por Louis Venosta y protagonizada por Taimak, Vanity, Christopher Murney, Julius Carry, Faith Prince, Leo O’Brien, Mike Starr y Ernie Reyes Jr. THE LAST DRAGON es un reflejo del estilo de contar historias y hasta de la cultura pop en general de la primera mitad de la década de los 80. Esta era una película que se pasaba constantemente en la televisión y que siempre fue una fuente de entretenimiento y otra forma para apreciar la leyenda de Bruce Lee cuando yo era joven. He tenido la oportunidad de volver a ver este filme por primera vez en décadas y ha valido la pena.
Esta es la historia de Leroy Green (Taimak), mejor conocido en su barrio como Bruce Leeroy, y se trata de un joven experto de las artes marciales (y fanático de Bruce Lee) que embarca en un viaje espiritual para encontrar al misterioso maestro Sum Dum Goy para que le ayuda a desbloquear el poder de «The Glow» y esto le permitirá concentrar tal energía mística en sus manos hasta que comienzan a brillar. Leroy se encontrará con diversos obstáculos en su camino como el malvado Sho’nuff (Julius Carry), quien se considera el shogun de Harlem, y Eddie Arkadian (Christopher Murney), un maniático promotor de música obsesionado con la famosa VJ Laura Charles (Vanity).
Los creadores de este filme, Michael Schultz y Louis Venosta, pasaron por un arduo trabajo dándole forma al guion, a veces borrando decenas páginas a la vez solo para luego recrearlas de la nada. Suena como un proceso demasiado tuortoso para el tipo de película que iban a filmar, pero en realidad fue necesario para darle forma a la identidad tan peculiar de THE LAST DRAGON. Esta dedicación también se notó en el casting de esta producción, en el cual participaron varios actores que en ese entonces estaban iniciando su carrera, pero que ahora son conocidos como Denzel Washington, Laurence Fishburne, Jim Brown, Billy Dee Williams, y Carl Weathers. Aun así, en algunas escenas aparecen por breves instantes algunas futuras celebridades y definitivamente es una peculiar sorpresa.
La película en sí parece una mezcla de cine de artes marciales (especialemente las producciones de Bruce Lee) y contenido que parece que forma parte de la programación de MTV, porque la música es otro element improtante del ADN de “El Último Dragón”, no es por nada que cuenta con una banda sonora original que fue lanzada por Motown Records y que incluyó canciones de artistas como: Vanity, Stevie Wonder, Rockwell, El DeBarge, The Temptations, Syreeta y Smokey Robinson. Es tanto así que, de vez en cuando, en medio de una escena aparece un videoclip de música, pero por lo menos, cuando esto ocurre se logra de una forma orgánica y hasta tiene sentido en el contexto de la historia. Lo mismo ocurre con identidad visual de la película, la cual es enriquecida con detalles que abarcan desde el diseño del vesturario, el diseño de producción y hasta los efectos visuales.
La historia en sí no es muy compleja, pero para esta película funciona. Además, se nota la influencia del tipo de trama que es muy común en el cine de artes marciales, además de algunos detalles de la cultura pop de aquel entonces. Esto se nota especialmente en los diálogos, porque los chistes, jerga y hasta los insultos que utilizan los personajes para expresarse es una interpretación muy exagerada de actitudes, formas de pensar y modas de loos 80, no está demás mencionar que aquí también aparecen varios comentarios que hoy en día pueden ser considerados problemáticos y hasta racistas.
Esta película cuenta con varias escenas de acción y a pesar de que se nota que el actor principal sí es un expert de artes marciales, las coreografías de las peleas en general son aceptables y dinámicas, pero a veces son mediocres o ridículas. De todas formas, a pesar de limitaciones técnicas, ya sea a causa del presupuesto o por la tecnología de la época, la batalla final está muy bien lograda y Volver a verla fue muy divertido.
Los personajes que en muchos varían entre caricaturas y estereotipos vivientes, pero lo menos son entretenidos, graciosos y aunque veces pueden ser la Fuente de un poco de “vergüenza ajena”, en general no caen mal. Eso sí, es muy extraño que, por lo menos dos de los personajes secundarios sirven como la voz del sentido común y dicen verdades innegables, pesar de uno de ellos tiene una personalidad muy estrambótica y ninguno de los dos aparece mucho durante el transcurso del filme.
Digamos que las acutaciones no son espectaculares, pero para este filme son ideales. Cualquier desacierto en el guion en cuanto el desarrollo de los personajes es salvado por el trabajo de los actores, porque no importa que tan exagerados o ridículos, es divertido verlos exitir y desenvolverse en esta historia y reaccionar ante los inusuales eventos que ocurren a su alrededor. Hay que resaltar a los dos actores principales, Taimak y Vanity y no solo porque ambos tienen un solo nombre. Aunque no logran grandes actuaciones, por lo menos caen bien, es agradable ver sus escenas y hay una química aceptable entre ellos. Leo O’Brien, el joven actor que interpreta el papel del hermano del protagonista también hace un buen trabajo, pero alterna entre muy cómico y muy desagradable. Definitivamente, aquí la estrella es Julius Carry como el antagonista Sho’nuff. Él no solo se roba todas las escenas en las que aparece (y como es el villano tiene sentido que se las robe), sino que también estanto un fuente de humor como una amenaza creíble.
En algunos aspectos THE LAST DRAGON está un poco de defazada, pero en general ssigue siendo una película entretenida, con dinámicas escenas de acción, personajes que enganchan, buena música y un estilo único, así que es muy fácil entender por qué se ha convertido en una película de culto.