THE NEVERENDING STORY ha dejado una innegable marca en la cultura pop y se nota en las numerosas referencias que aparecen en películas, series de televisión y series animadas y otro medios de entretenimiento. Aún así, debo de admitir que, aunque la vi incontables veces cuando era un niño, han pasado muchos (muchos, muchos y muchos) años desde la última vez que vi esta película, así que decidí arriesgarme a la posibilidad de arruinar los recuerdos de mi niñez y la vi otra vez.
Aquí conocemos a Bastian (Barret Oliver), un tímido niño de 10 años que es constantemente acosado en el colegio. Un día él decide no ir a clases para esconderse en el ático de su colegio y leer “La historia interminable”, un libro sobre el enigmático mundo del Reino de la Fantasía y cómo está siendo destruido por la misteriosa sustancia conocida como la “Nada”. A medida que lee las aventuras de Atreyu (Noah Hathaway), el joven héroe que ha jurado detener esta amenaza, Bastian va descubriendo cómo él está ligado a la realidad del libro.
Este clásico fue dirigido por Wolfgang Petersen, cineasta alemán que también ha dirigido otras producciones como DAS BOOT, ENEMY MINE, OUTBREAK y AIR FORCE ONE. Petersern escribió el guion junto a Herman Weigel y Robert Easton colaboró escribiendo diálogos adicionales. De todas formas, THE NEVERENDING STORY es una adaptación de DIE UNENDLICHE GESCHICHTE, novela escrita por Michael Ende que fue un éxito desde que se publicó en 1979 y que ha sido traducida a más de 36 idiomas.
Esta película se estrenó en 1984 y es increíble lo bien que ha envejecido. Los efectos visuales, la fotografía, los escenarios, los vestuarios, disfraces y la mayoría de sus aspectos técnicos están muy bien logrados y le dan vida a un mundo que se supone que refleja la imaginación de la humanidad. Por supuesto, aparecen algunos desaciertos por las limitaciones tecnológicas de la época, pero no son muchos y no sacan al espectador del mágico ambiente del Reino de la Fantasía.
Otro aspecto que vale la pena resaltar de THE NEVERENDING STORY es su banda sonora, especialmente la famosa canción que tiene el mismo nombre de la película y que incita a todo el que la escucha a cantarla en voz alta.
El guion en sí también está muy bien elaborado. Toma su tiempo para presentar a sus personajes principales y ubica al espectador en la fantástica realidad en la que viven, pero tampoco cansa con demasiada información y explicaciones. Como típica película infantil de la década de los 80 tampoco tiene miedo a mostrar algunos momentos bien oscuros como la muerte de algunos personajes o la dolorosa forma en que estas tragedias impactan a los sobrevivientes. Asimismo, uno de los momentos más memorables de este filme es la devastadora muerte de una personaje secundario a causa de que no puede lidiar con toda la tristeza que siente.
Otro gran momento de la película incluye un dragón volador y… bueno, es mejor evitar el spoiler para los que no la han visto.
En general, el elenco de este filme hace un buen trabajo dándole vida a los inolvidables seres que forman parte de THE NEVERENDING STORY, pero hay que resaltar las actuaciones de sus dos actores principales: Barret Oliver y Noah Hathaway. Oliver tenía alrededor de 10 años cuando hizo este filme y a pesar de que no tenía mucho experiencia como actor pudo encarnar el papel del tímido Bastian a la perfección. Hathaway tenía entre 12 y 13 años cuando participó en este filme y también logra una muy buena interpretación como el joven guerrero Atreyu.
THE NEVERENDING STORY es una película que no ha sido afectada por el paso del tiempo, es más, al verla de nuevo pude apreciar nuevos detalles de su realización y la calidad del trabajo necesario para hacer de esta producción una realidad. Esta es una película que vale la pena ver una y otra vez, no importa cuántas veces uno sienta la tentación de volver a cantar esa inolvidable canción.