Transformers, G.I. Joe, Thundercats, Súper Agente Cobra, El Galáctico, hasta Candy Candy y Jem and the Holograms, toda serie animada que se estrenaba en la década de los 80 yo la tenía que ver, estudiarla y vivirla. De vez en cuando se me escapaba alguna, aunque no era muy común, y de la series animadas que no llegué a ver la más importante es VOLTRON. Sí, sabía que ocurría en el espacio y que tenía que ver con cinco leones cibernéticos que se unían para formar un gran robot, pero fuera de algunas referencias en otras obras de la cultura pop, no sabía nada. Por eso, desde que Netflix anunció su nueva serie VOLTRON: LEGENDARY DEFENDER, yo sabía que era mi deber ver esos muñequitos.
Cinco jóvenes de la Tierra (Keith, Lance, Hunk, Pidge y Shiro) se unen para formar a Voltron, el legendaria defensor del universo. Juntos con la Princesa Allura y su consejero real Coran, se convierten en la última línea de defensa de la galaxia en una batalla intergaláctica contra la fuerza alienígena dirigida por el malvado rey Zarkon.
Producida por DreamWorks Animation Television y World Events Productions y animada en por Studio Mir, VOLTRON: LEGENDARY DEFENDER hasta ahora cuenta con una temporada que está disponible en Netflix y a la que le dediqué un sábado para verla completa. En realidad no tardé mucho, la temporada solo cuenta con 13 episodios y hasta ahora esa es mi mayor queja con la serie, porque cuando uno llega al final se queda con ganas de ver más, mucho más.
Como es un anime, lo primero que debo de mencionar es la animación, la cual es excelente. Las escenas de acción son fluidas e impresionantes, pero tanto los momentos dramáticos como los cómicos tienen el mismo nivel de calidad. Mejor aún, la transición de una circunstancia y otra se logra de una manera muy sutil que ayuda a mantener el ritmo de la historia.
Un detalle que verdaderamente me sorprendió de la serie es la manera que han estructurado los episodios. Normalmente, en este tipo de show se utiliza el formato de “monstruo de la semana”, es decir episodios con una trama que empieza y termina en el mismo capítulo y que es protagonizada por un monstruo que es vencido al final, como veíamos en muñequitos como El Vengador, El Supermagnetrón y El Gladiador. Por cierto, este término se aplica series de distintos géneros, no es una característica exclusiva del anime.
Los episodios que conforman la serie de VOLTRON: LEGENDARY DEFENDER rompen con los gastados clichés de una serie animada (y de muchas series de televisión). Sí, los primeros episodios de la serie sirven para ubicar al espectador en este nuevo mundo, los personajes, su misión y los obstáculos que deben de enfrentar, pero no todos los problemas se resuelven en un capítulo y formar a Voltron no es la solución de todos los problemas. Además, como ya mencioné, la transición de un momento con un tono verdaderamente gracioso a uno serio, o hasta trágico, se maneja majestuosamente. Aquí los creadores se preocupan por contar buenas historias a la vez que continúan desarrollando la trama principal.
Otro punto a favor de este show es la manera en que juega con los estereotipos de los típicos personajes que forman parte del elenco de un anime de acción, especialmente con uno pero no diré cuál es aquí para evitar spoilers. El show también le dedica tiempo al desarrollo de sus personajes y cada uno de los Paladinos (así es que como se llaman los pilotos de los leones) está muy bien definido. La serie logra manejar estos y otros elementos sin dejar de avanzar sus tramas.
Como dije anteriormente, el peor pecado de VOLTRON: LEGENDARY DEFENDER es que su primera temporada solo tiene 13 episodios y en realidad necesitaba más tiempo desarrollar otros elementos del programa. Por ejemplo, no le dedican suficiente espacio a Zarkon y a sus secuaces, y para ser una serie que se desenvuelve en el espacio no vimos suficientes mundos nuevos. Aún así, estos detalles no evitan que uno disfrute de VOLTRON: LEGENDARY DEFENDER y aumentan el deseo de ver nuevos episodios. Ahora solo queda la larga espera para el estreno de la próxima temporada.